Un equipo de investigadores de Stanford University, Genentech y la Chan-Zuckerberg Initiative afirma que la ciencia tiene una «oportunidad sin precedentes» de usar inteligencia artificial (IA) para crear la primera célula virtual humana.
Un grupo de destacados científicos de Stanford University, Genentech y la Chan-Zuckerberg Initiative han unido fuerzas para proponer un ambicioso proyecto global: crear la primera célula humana virtual basada en inteligencia artificial (IA).
Esta célula virtual sería capaz de representar y simular el comportamiento preciso de las biomoléculas, células, tejidos y órganos humanos.
Según Emma Lundberg, profesora asociada de bioingeniería y patología en las escuelas de Ingeniería y Medicina de Stanford y autora principal de un artículo publicado en la revista Cell, «Modelar las células humanas puede considerarse el santo grial de la biología».
La IA, afirma, ofrece la capacidad de aprender directamente de los datos y de ir más allá de las suposiciones y corazonadas para descubrir las propiedades emergentes de los complejos sistemas biológicos.
Los autores principales del artículo también incluyen a otros dos colegas de Stanford, Stephen Quake y Jure Leskovec, así como a Theofanis Karaletsos de la Chan Zuckerberg Initiative y Aviv Regev de Genentech.
Una célula virtual basada en IA permitiría una comprensión más profunda de la compleja interacción de fuerzas y procesos químicos, eléctricos y mecánicos que hacen que las células humanas funcionen correctamente.
También revelaría las causas fundamentales de las enfermedades que conducen a la disfunción o muerte celular.
Además, una célula virtual de IA permitiría a los científicos experimentar in silico, es decir, en una computadora en lugar de en células y organismos vivos.
Esto expandiría enormemente la comprensión de la biología humana y aceleraría la búsqueda de nuevas terapias, fármacos e incluso curas para las enfermedades.
Sin embargo, el proyecto no será fácil. Requerirá una colaboración global, abierta y sin precedentes entre campos que van desde la genética y la proteómica hasta la imagenología médica.
Además, los autores enfatizan que cualquier trabajo realizado debe hacerse con el compromiso de poner los modelos resultantes a disposición de toda la comunidad científica sin restricciones.
«Este es un proyecto titánico, comparable al proyecto del genoma, que requiere la colaboración entre disciplinas, industrias y naciones», afirmó Lundberg.
«Pero con las capacidades de IA en rápida expansión y nuestros conjuntos de datos masivos y en crecimiento, el momento es propicio para que la ciencia se una y comience a revolucionar la forma en que entendemos y modelamos la biología».