El gigante tecnológico se asocia con el Fondo de Inversión Pública saudí para desarrollar modelos de IA en árabe, mientras surgen cuestionamientos sobre su impacto en la industria petrolera y en los promotores de Agenda 2030.
En un movimiento que genera debates sobre la coherencia entre sus objetivos ambientales y sus decisiones comerciales, Google ha anunciado la apertura de un nuevo centro de inteligencia artificial en Arabia Saudita, uno de los mayores productores de petróleo del mundo.
Claro, la política y la batalla de titanes que libran los bloques continentales por liderar el desarrollo de la nueva era que propone la IA en el mundo nada tienen que ver en estos cuestionamientos hechos públicos en medios y redes sociales en los países centrales.
Objetivos y controversias
El nuevo hub de IA, desarrollado en colaboración con el Fondo de Inversión Pública saudí, se centrará en dos áreas principales:
- Investigación de modelos de IA en lengua árabe
- Desarrollo de «aplicaciones de IA específicas para Arabia Saudita»
La controversia surge cuando se analiza el historial reciente de Google. En 2020, la empresa se comprometió a detener el desarrollo de algoritmos para la producción de petróleo y gas.
Un año después, en 2021, estableció el objetivo de reducir sus emisiones a la mitad para finales de esta década, objetivos que claramente serán vistos de otra manera en los Estados Unidos donde Donald Trump ganó las últimas elecciones.
Impacto en la industria petrolera
Aramco, la compañía petrolera estatal saudí, ya utiliza IA en sus operaciones con resultados significativos.
En uno de sus campos petroleros, la implementación de esta tecnología ha logrado aumentar la producción en un 15%.
Un portavoz de Google declaró a E&E News que el nuevo acuerdo «se ajusta» a su compromiso existente.
Sin embargo, dado el papel central de los combustibles fósiles en la economía saudí, existe la posibilidad de que los algoritmos de IA que se ejecuten desde el centro de datos terminen aplicándose a la producción de petróleo y gas.
Cuestionamientos ambientales
La decisión de Google llega en un momento en que la empresa está rezagada en el cumplimiento de sus objetivos climáticos que seguramente serán revisados por el Gobierno entrante liderado por el líder anti agenda 2030, el republicano Donald Trump.
La construcción de un centro de datos enfocado en IA en un país dependiente de combustibles fósiles y que no sea Estados Unidos plantea interrogantes sobre la verdadera priorización de sus compromisos ambientales.