Una iniciativa respaldada por 193 países en la Asamblea General. Establece reformas a las Naciones Unidas, compromisos y acciones muy superficiales y un «Pacto Digital» que habla de regulaciones a las redes y la inteligencia artificial con una total vaguedad y evidente falta de información.
Fue la primera decisión de alcance global que tomó la Casa Rosada, ejecutada tras un discurso pronunciado por la canciller Diana Mondino, que llegó acompañada por el experimentado diplomático Ricardo Lagorio y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, designado en ese cargo para dinamitar cualquier participación argentina en la Agenda 2030, que los libertarios tienen como principal objetivo de su batalla cultural.
El Pacto Digital
Más allá de que también hay un anexo con una declaración sobre las generaciones futuras, un aspecto crucial del Pacto del Futuro tiene que ver con las ideas que planteó Naciones Unidas vinculada la regulación de internet y la economía del conocimiento.
“Las tecnologías digitales están transformando el mundo de manera radical. Sus posibles beneficios para el bienestar y el progreso de las personas y las sociedades y para nuestro planeta son inmensos. Y ofrecen la prometedora perspectiva de acelerar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, afirmó muy acertadamente la ONU.
Sin embargo, en los párrafos siguientes comienza a volver sobre sus mismos conceptos y dice que “reconocemos que la rápida evolución y la potencia de las tecnologías emergentes están creando nuevas posibilidades, pero también nuevos riesgos para la humanidad, algunos de los cuales todavía no se conocen bien. Reconocemos la necesidad de determinar y mitigar los riesgos y garantizar la supervisión humana de la tecnología para promover el desarrollo sostenible y el pleno disfrute de los derechos humanos”.
Ante esta situación, la ONU se plantea objetivos como “eliminar todas las brechas digitales; ampliar la inclusión en la economía digital y sus beneficios para todos; fomentar un espacio digital inclusivo, abierto y seguro que respete, proteja y promueva los derechos humanos; promover enfoques de la gobernanza de datos que sean responsables, equitativos e interoperables; y mejorar la gobernanza internacional de la inteligencia artificial en beneficio de la humanidad”.
Sobre este último aspecto, el de la IA, Naciones Unidas advierte que “reconocemos el inmenso potencial que tienen los sistemas de inteligencia artificial para acelerar los avances en todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Gobernaremos la inteligencia artificial en aras del interés público y velaremos por que sus aplicaciones fomenten las diversas culturas y lenguas y apoyen la generación local de datos en favor del desarrollo de los países y las comunidades. Esto incluye, en particular, la cooperación internacional para ayudar a los países en desarrollo a crear capacidad en materia de inteligencia artificial, así como los esfuerzos por hacer frente a los efectos negativos que pueden tener las tecnologías digitales emergentes en el trabajo y el empleo y el medio ambiente”.