La inteligencia artificial avanza cada vez más en el sector de la salud y también en el uso personal que hacen las personas. Esta nueva realidad abre interrogantes sobre sus ventajas y riesgos.
No es lo mismo, Médicos del Hospital de Clínicas de la UBA consideran que su uso puede ser de gran importancia para los profesionales de la salud.
Pero advierten que si los pacientes la utilizan sin indicación médica corren riesgo de caer en la automedicación.
La aplicación de inteligencias artificiales avanza de manera exponencial en cada vez más ámbitos de la vida.
Como señaló un estudio de PageGroup, el 24% de los profesionales de Argentina está utilizándolas.
Mientras que a escala global lo hace el 33%.
Si bien aún no están completamente implementadas en las tareas laborales,
En lo que al ámbito de la salud respecta, estas tecnologías están ocupando cada vez más espacios.
Y se vuelven aún más ineludibles a medida que pasa el tiempo.
«Herramientas como el Chat GPT permiten dar una mejor atención al ofrecer asistencia en tareas administrativas”.
“Que son rutinarias o mecánicas, que quitan tiempo y foco de atención al paciente”.
Así lo sostuvo Ignacio Fernández Criado, médico de planta de la 7ª Cátedra del Clínicas.
Por su parte, Juan Ingelmo, jefe interino del Departamento de Salud Mental del hospital, afirma que “las IA están incorporándose cada vez más en el mundo de la medicina”.
“En los más diversos espacios, para diferentes usos, no sólo para la escritura de historias clínicas, sino para la asistencia en la toma de decisiones médicas directamente”.
“Ya no es posible desconocer este tipo de herramientas”.
Entre otras “capacidades” que destacan de las IA, los profesionales mencionan la de procesar y de almacenar información en grandes cantidades.
Como también su uso para la educación en medicina.
Sin embargo, aseguran que donde estas tecnologías no superan todavía al humano en “escuchar al paciente, contenerlo, sanarlo”.
En relación a la existencia de aplicaciones que ofrecen asistencia en salud, Fernández Criado sostuvo que, sin indicación médica, equivalen a una “automedicación”.
“Para indicar médicamente el uso de estas apps, deben estar aprobadas por organismos de control tal como cualquier tecnología, fármaco o aparato de diagnóstico”.
“Ahora, si en los sitios de descarga hay millones de aplicaciones de lo que fuere y la gente las usa, escapa al mundo médico”.
“Así como un médico indica realizar actividad física, se le puede recomendar a un paciente el uso de una aplicación cuyos beneficios están comprobados para, por ejemplo, mejorar su estado cognitivo”.
“En este caso, hay un respaldo científico”.
“Cuando no hay, es como comprar y consumir remedios sin receta y sin acompañamiento profesional”.
Por otra parte, en una proyección a futuro, Ingelmo comentó que “en términos generales, las herramientas de inteligencia artificial van a tender a seguir suplantando a esas tareas repetitivas y automatizables”.
“Pero aquellas que tengan que ver con aspectos de comunicación personal, acompañamiento, uso de la empatía, no parecería ser reemplazables por estas tecnologías al menos en un corto plazo”.
Este tema será parte del 19º Congreso Internacional de Medicina Interna, que se realizará del 21 al 23 de agosto en el Clínicas.
En la mesa “Nuevas tecnologías en medicina”, Fernández Criado e Ingelmo buscarán mostrar a través de actividades prácticas cómo la IA puede ser una aliada para la asistencia en ciertas tareas cotidianas de la actividad médica y cómo pueden aportar en el aprendizaje de nuevos saberes.