Nadie quiere quedar afuera. Ahora el Congreso argentino discute múltiples proyectos de ley sobre IA, en un intento por equilibrar la innovación tecnológica y la protección de derechos. Expertos y legisladores debaten las implicancias de regular una tecnología emergente.
La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un tema central en las agendas políticas y económicas de muchos países y la Argentina no es la excepción. Este mes, el Congreso argentino inició debates sobre una serie de proyectos de ley que buscan regular el uso y desarrollo de la IA en el país. La discusión se centra en cómo aprovechar las oportunidades tecnológicas mientras se mitigan los posibles riesgos éticos y sociales.
El debate en el Congreso es impulsado por diversos proyectos presentados por diferentes bloques políticos, cada uno con su enfoque particular. Por ejemplo, Oscar Agost Carreño de Hacemos Coalición Federal propone la Ley Turing, que busca adaptar el sistema legal argentino para proteger los derechos de los ciudadanos frente a la IA. Esta ley introduce penalizaciones para el uso de IA en la creación de imágenes sin consentimiento y amplía la protección de datos personales.
Por su parte, Maximiliano Ferraro de la Coalición Cívica ha presentado un proyecto que establece un marco legal para desarrollos de IA, fomentando certificaciones de buenas prácticas y la promoción del uso de tecnología en pequeñas y medianas empresas.
Otro proyecto significativo es el de Pamella Calletti, que busca crear un Consejo Federal de Inteligencia Artificial para incentivar y promover el uso seguro y ético de esta tecnología.
El oficialismo, liderado por Javier Milei, muestra reservas frente a una regulación estricta. Fuentes allegadas al gobierno han señalado que una regulación excesiva podría contradecir los planes del presidente de posicionar a Argentina como un hub tecnológico a nivel global.
Este enfoque es respaldado por grandes empresas tecnológicas y asociaciones como Argencon, que advierten que una sobre regulación podría obstaculizar la innovación y la atracción de inversiones internacionales.
Luis Galeazzi, Director Ejecutivo Institucional de Argencon, enfatiza que la IA y otras tecnologías emergentes, como la computación cuántica, están en constante evolución. Por ello, advierte que una legislación demasiado rígida podría ser contraproducente, sugiriendo que se adapten las leyes existentes para abordar los desafíos específicos que surjan con el uso de la IA.
Además de los proyectos de ley mencionados, se están considerando otras propuestas que abarcan desde la protección de derechos en el ámbito educativo hasta la promoción de la transparencia y la equidad en el uso de la IA.
Facundo Manes, de la Unión Cívica Radical, ha propuesto modificaciones a la Ley 25.467 para fomentar la ciencia, tecnología e innovación, incluyendo aspectos de diversidad e inclusión.
El debate en el Congreso no solo involucra a legisladores, sino también a expertos y especialistas en tecnología que participarán en reuniones abiertas para aportar sus conocimientos y perspectivas. El objetivo es asegurar que cualquier marco regulatorio que se implemente no solo proteja los derechos de los ciudadanos, sino que también fomente el desarrollo y la innovación tecnológica.
En conclusión, Argentina se encuentra en una encrucijada crucial en cuanto a la regulación de la inteligencia artificial. El desafío radica en encontrar un equilibrio entre la promoción de la innovación y la protección de los derechos fundamentales, asegurando que la tecnología beneficie al país sin comprometer sus valores éticos y sociales.
Con un debate amplio y bien informado, el Congreso argentino tiene la oportunidad no solo para no quedar atrás sino además para sentar las bases para un futuro tecnológico responsable y próspero.