La decisión responde a la controversia y demandas de actores sobre el uso de sus voces y rostros por parte de la inteligencia artificial. OpenAI busca reevaluar y ajustar el uso de voces sintetizadas en sus productos.
En un movimiento que refleja la creciente sensibilidad -de personas y entes privados y públicos- hacia el uso de imágenes y voces de celebridades en la inteligencia artificial, OpenAI ha decidido pausar la implementación de una voz en ChatGPT que recuerda a la reconocida actriz neoyorkina Scarlett Johansson. Esta decisión llega tras la controversia generada por el uso no autorizado de la semejanza vocal de figuras públicas en tecnologías avanzadas de IA.
OpenAI había introducido recientemente una actualización de ChatGPT que incluía voces sintetizadas para hacer la interacción más natural y atractiva. Sin embargo, una de las voces rápidamente fue señalada por su notable parecido con la de Johansson. Esto provocó un debate sobre los derechos de imagen y voz, especialmente en un momento donde figuras públicas están cada vez más conscientes y protectoras de su identidad digital.
Scarlett Johansson no tardó en expresar su descontento. Según fuentes cercanas a la actriz, ella se mostró preocupada por la posibilidad de que su voz pudiera ser utilizada sin su consentimiento, afectando tanto su privacidad como su carrera profesional. Esta situación recuerda a incidentes similares donde otras celebridades han tomado medidas legales para proteger sus derechos de imagen y voz contra el uso no autorizado en la IA.
El CEO de OpenAI, Sam Altman, explicó en una reciente entrevista que la compañía está comprometida a «respetar los derechos de todos y asegurar que nuestras tecnologías se utilicen de manera ética». Añadió que la pausa permitirá a OpenAI revisar y ajustar sus políticas sobre la creación y uso de voces sintetizadas para evitar conflictos legales y éticos en el futuro.
El uso de inteligencia artificial en la creación de voces ha avanzado rápidamente, y mientras algunas aplicaciones han sido recibidas positivamente, como en la asistencia de personas con discapacidades, otras han generado preocupaciones significativas. «La línea entre innovación y ética es delgada, y estamos trabajando para encontrar el equilibrio correcto», señaló Altman.
Este incidente subraya la importancia de establecer normas claras y consensuadas sobre el uso de tecnologías que imitan voces humanas, especialmente cuando estas voces pertenecen a personas reales que no han dado su consentimiento. Mientras tanto, OpenAI continúa desarrollando nuevas funcionalidades para ChatGPT, con un enfoque renovado en la ética y la responsabilidad social.